lunes, 13 de octubre de 2008

La inevitabilidad de las polillas

En una de las paredes había huevos de polillas.
Desde la cama, él los miraba. Nacerán; pensaba.
Luego miraba al otro lado, la biblioteca.
El día que las polillas nacieron, las vio volar hacia los libros.
Se los comerán; pensó.

Las polillas se comieron los libros; ni se lo pensaron.

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