viernes, 25 de febrero de 2011

Cuestión de piel micro-monólogo

(Ella está en bikini. Lleva un tarro de dulce de leche en una de las manos)
(Largo Silencio)
(Mete un dedo en el dulce de leche y se lo chupa)


Ella_ Ufa!!! Otra vez metí el dedo en el dulce de leche, si seré imbécil. Es que hace mal a la piel, por el azúcar, creo.
Hay que cuidarse la piel. Antes no. Pero ahora...con todo lo que está pasando...
Lleva trabajo, si, pero “que” no lleva trabajo ¿no?, digo.
Estaba tomando sol. Así. Quince minutos de un lado. Quince minutos del otro. Eso, el primer día. Al segundo: veinte minutos de un lado, veinte minutos del otro.
Es gradual. Zen.
Después está lo del protector solar. No uso. Es que tengo piel de negra. Soy blanca, pero mi piel es de negra. Mi papá es negro y mi mamá es blanca. Entonces salí blanca pero como si fuera negra. Esto lo digo siempre, creo que la gente no lo entiende.
Juro que no me despeleché nunca. Nunca. Y la verdad es que digo blanca por no confundir tanto; porque lo que soy es verde, blanca verdácea. Entonces tomo sol para quedar marrón. Ese marrón como verde oliva...

De un lado , del otro, de un lado, del otro, de un lado, del otro, de un lado, del otro, del otro, de un lado...
(Mete la punta de la lengua en el dulce de leche, se relame).... Perfecto. Parejito. Marrón oliva. Zen.

Hay que cuidarse la piel. Antes no. Pero ahora...
Ya tengo treinta años. Aunque parezco de veinticuatro.
No tuve muchas relaciones. Las relaciones desgastan, envejecen. Por eso parezco de veinticuatro.
Una vez tuve un novio buenísimo, si, buenísimo. No me enamoré. Una pena.
Después sí. Después me enamoré. Mágico.
Es lindo enamorarse.
Tuvimos una casa. Una casa y algunas plantas. Perro no. Era “perro después de hijos”. Y como hijos no tuvimos. (Silencio)
Me dejó él. A veces es así, uno descubre los trucos del mago, y chau magia.
Cuando pasó eso temí envejecer. El dolor provoca arrugas. Es terrible. Las que tengo son de expresión. Lo que pasa es que si a las de reír... ves: me río y quedo china; le agregas las de llorar, y el ceño fruncido de tanto darle vueltas a la cabeza... porque eso es inevitable, uno quiere explicárselo todo. Imposible. Entonces terminas arrugandote, hecho una piltrafa. Y así no hay quien salga adelante.
(Silencio)
Lo mejor es no dramatizar.
Estuve muy triste. Me dolió el alma. Pero si me miras ni te das cuenta, parezco de veinticuatro.
Claro que también ayuda esto de ser negra, digo... de tener piel de... eso..., lo que expliqué antes...

(Se sienta en el suelo y continúa comiendo el dulce de leche con el dedo…hasta acabarlo) (Oscuro)

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