En casa había un árbol de Navidad. El árbol era
grande, yo pequeña.
Estaba en una esquina del comedor, cerca de la
ventana, el árbol. La ventana daba al jardín. Por esa
ventana entraba el viento que tiraba el árbol al
suelo. Cada vez que entraba.
Cuando el árbol caía, arrastraba las figuras del
pesebre que estaba debajo. Las figuras estaban
bastante estropeadas, mamá las reparaba; yo no sabía
hacerlo, era pequeña.
Había un rey mago que había quedado manco, Gaspar,
creo. Y algunas ovejas habían perdido la cola, otras
las orejas.
El árbol caía por el viento que entraba por la
ventana, mamá cerraba la ventana y el árbol seguía
cayendo porque estaba cansado de tanto caer.
Los adornos rotos del árbol me daban tristeza, yo los
quitaba, a escondidas, y el árbol iba quedando pelado,
cada año más.
El árbol ya no es tan grande, o yo ya no soy
pequeña. Mamá le compró adornos nuevos y papá le hizo
una base pesada para que no se caiga. Igual, a veces,
paso cerca y lo empujo como al descuido, entonces el
árbol se cae y los adornos se rompen. Yo los quito para
que no me dé tristeza, como cuando era pequeña, me
digo. Pero igual se me caen algunas lágrimas.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
viernes, 8 de octubre de 2010
Wella & Pon (1º muerte)
Sucede en una Radio de Iguazú, a finales de los ochenta. Hay una piba que no llega a los dieciocho y trabaja como locutora, porque de la gente del pueblo, en ese momento, es una de las que mejor lo hace. Hasta el día en que llega esa mina rubia de pelo corto, una locutora de Buenos Aires recién recibida, que se muere de rabia de que la pendeja esté haciendo el mismo trabajo que ella sin siquiera haber terminado el secundario, que no puede ni oírla, porque todo lo que la piba dice le parece que es una especie de sacrilegio, un desaprovechamiento del medio de comunicación. Y entonces un día se desata una de esas tormentas tropicales, porque están ahí, en medio de la selva misionera, y a la piba se le ocurre decir al aire, justo después de un tema de Los redondos, que es un día genial para tomar mate cocido con tortas fritas, lo dice así sin más, porque le sale así, porque es una piba, y porque la verdad es que talvez no hubiera nada mejor para hacer o decir en ese momento, en ese día tormentoso, ahí, en medio de esa selva. Y entonces se despide de los oyentes, saluda a su compañero de trabajo a través del vidrio, le hace un par de morisquetas, hace como que se tira un pedo, alguna tontería así, y sale de la cabina para irse a su casa. Baja las escaleras de cemento que dan al local de abajo. El local que usan como deposito de champús/ jabones/ cremas y perfumes del negocio de al lado, y donde está la puerta de salida a la calle. Y ahí, en ese local, en medio de una cruza de perfumes baratos y tierra colorada se encuentra con su compañera de trabajo, la locutora rubia profesional de pelo corto indignada, porque acaba de oír lo del mate cocido y las tortas fritas. Hola, le dice la piba, te dejé unas galletas en la cabina por si te gustan, las hizo mi vieja. Pero la locutora indignada ni la saluda- ni le agradece las galletas- ni le comenta que acaba de oírla desde su coche, y que lo de las tortas fritas y el mate cocido es para ella la gota que colmó el vaso- ni nada. Solo la toma del cuello, con sus manos de locutora de uñas largas y pintadas, y se lo aprieta tan fuertemente, que mientras la piba no atina a defenderse porque jamás hubiera imaginado que alguien querría matarla, la mata.
Después cae un rayo en la selva, y el estruendo es tan fuerte que parece que hubiera caído en el pueblo, solo parece. En ese mismo momento el operador técnico de la radio pone un disco de Luca en la consola. Unos segundos después se escucha “soltate con wellapon soltate … soltate el pelo con Wellapon…. soltá el brillo…”. La piba yace en el suelo de ese local penumbroso, su pelo es largo y oscuro.
Después cae un rayo en la selva, y el estruendo es tan fuerte que parece que hubiera caído en el pueblo, solo parece. En ese mismo momento el operador técnico de la radio pone un disco de Luca en la consola. Unos segundos después se escucha “soltate con wellapon soltate … soltate el pelo con Wellapon…. soltá el brillo…”. La piba yace en el suelo de ese local penumbroso, su pelo es largo y oscuro.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Palabras cruzadas (bla bla bla costumbrista de la primera hora)
Gregorio_ ¿Qué estás pispeando?
Jerónimo_ Nada, no pispeo nada
Gregorio_ Si, pispeas, te estoy viendo
Jerónimo_ No pispeo ¿Qué decís?
Gregorio_ No te hagas el sota, te tengo junado, vos estás pispeando
Jerónimo_ Así que vos decís que estoy pispeando ¿y en que te basás?
Gregorio_ Me baso en lo que veo. Te veo pispear/ estás pispeando
Jerónimo_ ¿Vos a qué le llamás pispear?
Gregorio_ A pispear, a lo que estás haciendo vos, a eso
Jerónimo_ Entonces decime lo que soy, si estoy pispeando ¿qué soy, eh? Decime
Gregorio_ Uno que pispea, que vas a ser
Jerónimo_ Ahora el que se hace el sota sos vos, te estás escabullendo.
Gregorio_ Yo no me escabullo ¿qué querés decir con que me escabullo?
Jerónimo_ Que te escabullís, que no me decís lo que soy porque no sabés como se dice
Gregorio_ ¿Cómo se dice que? No seas enrroscado, vos estabas pispeando y ahora das vuelta la tortilla, ahora resulta que yo soy… ¿qué?¿qué soy, eh? Ah… mirá vos, si yo me escabullo… entonces ¿que soy? A ver, no te hagas el sota, decime
Jerónimo_ Uno que se escabulle
Gregorio_ Te haces el sota, ves, no sabés como se dice
Jerónimo_ Bueno está bien, yo me hago el sota, y entonces ¿qué soy? Si me hago el sota ¿que soy?
Gregorio_ Uno que se hace el sota
Jerónimo_ Andá… sabés una cosa, no tenés ni la más pálida, vos de gramatica no sabes ni medio
Gregorio_ Gramática…ja! Eso no es de gramática, es de otra parte que se llama de otra manera… pero ahora no me sale…lo tengo acá, mirá, en la punta de la lengua, pero no me viene
Jerónimo_ Es que a esta edad se va más de lo que viene…
Gregorio_ ¿Qué decís? El otro día me vino algo que vaya a saber donde carajo estaba, y de repente me vino, y lo dije, ahora no te sé decir lo que era, pero me vino y lo dije
Jerónimo_ Uno que se escabulle es un escabullidor, ja! Me vino
Gregorio_ Pispeador!! eso sos!!, jaaaa!!! A mí también me vino
Jerónimo_ ¿Y el que se hace el sota?
Gregorio_ Pará!!... no forcemos la máquina viejo…
¿hago unos mates?
Jerónimo_ Si, por mí hacéte unos mates, yo para eso estoy siempre listo, ya sabés, soy bastante…
Gregorio_ Matero
Jerónimo_ Es lo que iba a decir, para que te me adelantás!! ¿Qué te crees? ¿Te crees que no sé como se dice? A mí se me va lo que se me va, pero lo que no se me va no se me va
Gregorio_ Ehhhh…. No te calentés!! ¿qué sos? un…un….un
Jerónimo_ Un leche hervida. Jaaaa!!! Me vino, te cagué, me vino antes, andá a preparar el mate vos que sos buen…. buen…. la pucha! A lo mejor tenemos que hacer más crucigramas..
Gregorio_ Eh…. No es mala idea ¿qué iba a hacer yo?
Jerónimo_ Hervir leche ¿no?
Gregorio_ Ahhh….eso. Si, si… voy a buscar leche a la…a la… ahí…ahí.. ahí donde guardan la leche… no te vayas que vuelvo y nos jugamos un truco… que yo sé que te morís de ganas de jugar un truquito…vos sos…
Jerónimo_ No empecés de nuevo, andá a hacer esos mates, vos
Jerónimo_ Nada, no pispeo nada
Gregorio_ Si, pispeas, te estoy viendo
Jerónimo_ No pispeo ¿Qué decís?
Gregorio_ No te hagas el sota, te tengo junado, vos estás pispeando
Jerónimo_ Así que vos decís que estoy pispeando ¿y en que te basás?
Gregorio_ Me baso en lo que veo. Te veo pispear/ estás pispeando
Jerónimo_ ¿Vos a qué le llamás pispear?
Gregorio_ A pispear, a lo que estás haciendo vos, a eso
Jerónimo_ Entonces decime lo que soy, si estoy pispeando ¿qué soy, eh? Decime
Gregorio_ Uno que pispea, que vas a ser
Jerónimo_ Ahora el que se hace el sota sos vos, te estás escabullendo.
Gregorio_ Yo no me escabullo ¿qué querés decir con que me escabullo?
Jerónimo_ Que te escabullís, que no me decís lo que soy porque no sabés como se dice
Gregorio_ ¿Cómo se dice que? No seas enrroscado, vos estabas pispeando y ahora das vuelta la tortilla, ahora resulta que yo soy… ¿qué?¿qué soy, eh? Ah… mirá vos, si yo me escabullo… entonces ¿que soy? A ver, no te hagas el sota, decime
Jerónimo_ Uno que se escabulle
Gregorio_ Te haces el sota, ves, no sabés como se dice
Jerónimo_ Bueno está bien, yo me hago el sota, y entonces ¿qué soy? Si me hago el sota ¿que soy?
Gregorio_ Uno que se hace el sota
Jerónimo_ Andá… sabés una cosa, no tenés ni la más pálida, vos de gramatica no sabes ni medio
Gregorio_ Gramática…ja! Eso no es de gramática, es de otra parte que se llama de otra manera… pero ahora no me sale…lo tengo acá, mirá, en la punta de la lengua, pero no me viene
Jerónimo_ Es que a esta edad se va más de lo que viene…
Gregorio_ ¿Qué decís? El otro día me vino algo que vaya a saber donde carajo estaba, y de repente me vino, y lo dije, ahora no te sé decir lo que era, pero me vino y lo dije
Jerónimo_ Uno que se escabulle es un escabullidor, ja! Me vino
Gregorio_ Pispeador!! eso sos!!, jaaaa!!! A mí también me vino
Jerónimo_ ¿Y el que se hace el sota?
Gregorio_ Pará!!... no forcemos la máquina viejo…
¿hago unos mates?
Jerónimo_ Si, por mí hacéte unos mates, yo para eso estoy siempre listo, ya sabés, soy bastante…
Gregorio_ Matero
Jerónimo_ Es lo que iba a decir, para que te me adelantás!! ¿Qué te crees? ¿Te crees que no sé como se dice? A mí se me va lo que se me va, pero lo que no se me va no se me va
Gregorio_ Ehhhh…. No te calentés!! ¿qué sos? un…un….un
Jerónimo_ Un leche hervida. Jaaaa!!! Me vino, te cagué, me vino antes, andá a preparar el mate vos que sos buen…. buen…. la pucha! A lo mejor tenemos que hacer más crucigramas..
Gregorio_ Eh…. No es mala idea ¿qué iba a hacer yo?
Jerónimo_ Hervir leche ¿no?
Gregorio_ Ahhh….eso. Si, si… voy a buscar leche a la…a la… ahí…ahí.. ahí donde guardan la leche… no te vayas que vuelvo y nos jugamos un truco… que yo sé que te morís de ganas de jugar un truquito…vos sos…
Jerónimo_ No empecés de nuevo, andá a hacer esos mates, vos
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Hermanas de sangre
1. Contame
H 1_ Contame lo de las langostas
H 2_ ¿Qué langostas?
H 1_ Las del otro día
H 2_ ¿Las del documental?
H 1_ Esas
H 2_ Langostinos, eran langostinos
H 1_ Bueno, eso, de las langostinas esas
H 2_ Langostinos
H 1_ ¿Sos machista?
H 2_ ¿Sos feminista?
H 1_ No, ¿me contás o no?
H 2_ No
H 1_ ¿No???
H 2_ No
H 1_ A veces parece que no fueras mi hermana
H 2_ No empieces
H 1_ Entonces contame lo de los calamares
H 2_ ¿Qué Calamares?
H 1_ Los Calamares, los del otro día
H 2_ Los del documental
H 1_ Esos.Contame
H 2_No.
H 1_ Ok. Sabés lo que voy a hacer:… voy a meter la ropa en el lavarropas y la voy a dejar ahí que dé vueltas y vueltas y vueltas hasta que se canse, hasta que se pudra de tan limpia, de tan perfumadita y centrifugadita, recontra deshilachada, gastada, y podrida, y que dé vueltas y vueltas, total!
H 2_ No me amenaces
H 1_ Entonces contame
H 2_ No puedo
H 1_ Argumentá
H 2_ Me altera, me pone nerviosa y acabo de volver de natación
H 1_ Estás yendo a natación…y no me contaste
H 2_ Es por prescripción médica, por lo de los canales, como los tengo cerrados y no expulso, tengo que hacer natación tres veces por semana, para sacar la mierda, porque yo chupo, no es que la gente sea mala, todos somos buenos y malos, lo que pasa es que yo chupo la energía negativa y después no tengo por donde sacar, no expulso, y lo único que me abre los canales es la natación
H 1_ No te creo…voy a meter la ropa en el lavarropas
H 2_ Te cuento lo de los cangrejos…o cangrejas, como te guste
H 1_ Ay…no sé… es que hoy tengo ganas de que me cuentes lo de las langostinas esas.
Te escucho
H 2_ …Los… langostinos son deliciosos, pero si nos sumergimos en las aguas del caribe para saber un poco más acerca de la vida de estos moluscos, descubriremos que su sabor tiene una explicación… no …puedo, no… puedo, me estoy contracturando
Meté la ropa en el lavarropas, metela, me da igual, pero mi camisa roja atigrada no, que es muy delicada, es como de seda, se puede deshilachar, porfa!
H 1_ ¿Cuál roja?
H 2_ La roja atigrada
H 1_ Ah! ¿la roja atigrada?
H 2_ Sí, la atigrada roja
H 1_ Ya sé cual. La metí ayer
2. Matame
H 2_ Hay momentos de la vida en que todos y cada uno de nosotros podríamos convertirnos en asesinos. Matar
H 1_ Hay momentos de la vida en que todos y cada uno de nosotros… ayer miré la atigrada roja de mi hermana y zas! La metí en el lavarropas
H 2_ Hay momentos en que todos y cada unos de nosotros olvidaría incluso lazos sanguíneos, y sería capaz de matar. Fratricidio.
H 1_ Hay momentos de la vida en que yo me pregunto: ¿no nos estaremos extralimitando?... ¿querés que te peine , después nos tiramos el I-Ching y al final nos fumamos un pucho?
H 2_ Todos somos buenos y malos, lo que pasa es que yo chupo y no expulso, tengo los canales cerrados. Primero el pucho
(H 1 enciende un cigarrillo y se lo pasa a H 2. El cigarrillo va y viene de una a otra hasta terminarse)
3. Fumame
H 1_ Te dije que me anoté en Flamenco
H 2_ ¿Cuándo?
H 1_ Hoy
H 2_ ¿En qué momento? Si no saliste
H 1_ Por internet
H 2_ ¿No habrás metido los datos de tu Master en cualquier lado?
H 1_ No. Usé tu Visa
H 2_ Me estás jodiendo!
H 1_ Claro
H 2_ Haceme una trenza cosida
H 1_ Hija de puta, es muy difícil, te hago dos colitas, nos tiramos el I-Ching y me contás lo de los langostinos
H 2_ ¿Por qué fumás así, como una diva?
H 1_ No sé, me sale así
H 2_ No sos creíble…
H 1_ Che!
H 2_ ¿Qué?
H 1_ Ayer tocaron a la puerta, pero no abrí
H 2_ No abriste.
H 1_ No, no abrí, era el vendedor, lo ví por la mirilla
H 2_ ¿Qué quería?
H 1_ Traía una novedad, la segunda entrega de la colección de DVDs “Los moluscos del Mediterraneo” con imágenes tridimensionales. Le dije que se nos rompió el DVD y que lo llevamos a reparar porque tenía garantía y estábamos dentro del plazo, y que volviera el mes próximo, que a lo mejor…
H 2_ Le mentiste
H 1_ Bueno…algo tenía que decirle.
H 2_ Yo hay días que no sé como seguir, siento que voy a explotar
H 1_ Es por lo de los canales, como los tenés cerrados
H 2_ Se terminó el pucho. Yo había pensado en salir
H 1_ ¿A la calle?
H 2_ Sí, salir
H 1_¿Qué necesitás?¿no sos feliz acá en casa?
H 2_ Nada, se me ocurrió que si salía y conseguía un trabajo podríamos comprarnos el DVD.
H 1_ Si vos salís, yo también voy a salir entonces. Y ahí quién se va a encargar de las cosas de la casa, eh, decíme: ¿quién?
H 2_ Tenés razón, no lo había pensado, disculpáme, hacé de cuenta que no dije nada
H 1_ Contame lo de las langostas
H 2_ ¿Qué langostas?
H 1_ Las del otro día
H 2_ ¿Las del documental?
H 1_ Esas
H 2_ Langostinos, eran langostinos
H 1_ Bueno, eso, de las langostinas esas
H 2_ Langostinos
H 1_ ¿Sos machista?
H 2_ ¿Sos feminista?
H 1_ No, ¿me contás o no?
H 2_ No
H 1_ ¿No???
H 2_ No
H 1_ A veces parece que no fueras mi hermana
H 2_ No empieces
H 1_ Entonces contame lo de los calamares
H 2_ ¿Qué Calamares?
H 1_ Los Calamares, los del otro día
H 2_ Los del documental
H 1_ Esos.Contame
H 2_No.
H 1_ Ok. Sabés lo que voy a hacer:… voy a meter la ropa en el lavarropas y la voy a dejar ahí que dé vueltas y vueltas y vueltas hasta que se canse, hasta que se pudra de tan limpia, de tan perfumadita y centrifugadita, recontra deshilachada, gastada, y podrida, y que dé vueltas y vueltas, total!
H 2_ No me amenaces
H 1_ Entonces contame
H 2_ No puedo
H 1_ Argumentá
H 2_ Me altera, me pone nerviosa y acabo de volver de natación
H 1_ Estás yendo a natación…y no me contaste
H 2_ Es por prescripción médica, por lo de los canales, como los tengo cerrados y no expulso, tengo que hacer natación tres veces por semana, para sacar la mierda, porque yo chupo, no es que la gente sea mala, todos somos buenos y malos, lo que pasa es que yo chupo la energía negativa y después no tengo por donde sacar, no expulso, y lo único que me abre los canales es la natación
H 1_ No te creo…voy a meter la ropa en el lavarropas
H 2_ Te cuento lo de los cangrejos…o cangrejas, como te guste
H 1_ Ay…no sé… es que hoy tengo ganas de que me cuentes lo de las langostinas esas.
Te escucho
H 2_ …Los… langostinos son deliciosos, pero si nos sumergimos en las aguas del caribe para saber un poco más acerca de la vida de estos moluscos, descubriremos que su sabor tiene una explicación… no …puedo, no… puedo, me estoy contracturando
Meté la ropa en el lavarropas, metela, me da igual, pero mi camisa roja atigrada no, que es muy delicada, es como de seda, se puede deshilachar, porfa!
H 1_ ¿Cuál roja?
H 2_ La roja atigrada
H 1_ Ah! ¿la roja atigrada?
H 2_ Sí, la atigrada roja
H 1_ Ya sé cual. La metí ayer
2. Matame
H 2_ Hay momentos de la vida en que todos y cada uno de nosotros podríamos convertirnos en asesinos. Matar
H 1_ Hay momentos de la vida en que todos y cada uno de nosotros… ayer miré la atigrada roja de mi hermana y zas! La metí en el lavarropas
H 2_ Hay momentos en que todos y cada unos de nosotros olvidaría incluso lazos sanguíneos, y sería capaz de matar. Fratricidio.
H 1_ Hay momentos de la vida en que yo me pregunto: ¿no nos estaremos extralimitando?... ¿querés que te peine , después nos tiramos el I-Ching y al final nos fumamos un pucho?
H 2_ Todos somos buenos y malos, lo que pasa es que yo chupo y no expulso, tengo los canales cerrados. Primero el pucho
(H 1 enciende un cigarrillo y se lo pasa a H 2. El cigarrillo va y viene de una a otra hasta terminarse)
3. Fumame
H 1_ Te dije que me anoté en Flamenco
H 2_ ¿Cuándo?
H 1_ Hoy
H 2_ ¿En qué momento? Si no saliste
H 1_ Por internet
H 2_ ¿No habrás metido los datos de tu Master en cualquier lado?
H 1_ No. Usé tu Visa
H 2_ Me estás jodiendo!
H 1_ Claro
H 2_ Haceme una trenza cosida
H 1_ Hija de puta, es muy difícil, te hago dos colitas, nos tiramos el I-Ching y me contás lo de los langostinos
H 2_ ¿Por qué fumás así, como una diva?
H 1_ No sé, me sale así
H 2_ No sos creíble…
H 1_ Che!
H 2_ ¿Qué?
H 1_ Ayer tocaron a la puerta, pero no abrí
H 2_ No abriste.
H 1_ No, no abrí, era el vendedor, lo ví por la mirilla
H 2_ ¿Qué quería?
H 1_ Traía una novedad, la segunda entrega de la colección de DVDs “Los moluscos del Mediterraneo” con imágenes tridimensionales. Le dije que se nos rompió el DVD y que lo llevamos a reparar porque tenía garantía y estábamos dentro del plazo, y que volviera el mes próximo, que a lo mejor…
H 2_ Le mentiste
H 1_ Bueno…algo tenía que decirle.
H 2_ Yo hay días que no sé como seguir, siento que voy a explotar
H 1_ Es por lo de los canales, como los tenés cerrados
H 2_ Se terminó el pucho. Yo había pensado en salir
H 1_ ¿A la calle?
H 2_ Sí, salir
H 1_¿Qué necesitás?¿no sos feliz acá en casa?
H 2_ Nada, se me ocurrió que si salía y conseguía un trabajo podríamos comprarnos el DVD.
H 1_ Si vos salís, yo también voy a salir entonces. Y ahí quién se va a encargar de las cosas de la casa, eh, decíme: ¿quién?
H 2_ Tenés razón, no lo había pensado, disculpáme, hacé de cuenta que no dije nada
viernes, 2 de julio de 2010
Matarhambre (fragmento para clowns)
Vane_ ¿ Qué hora es?
Susu_ Las ocho y media
Vane_ ¿ Dé la mañana o de la tarde?
Susu_ Ocho es de la mañana
Vane_ Hora de desayunar
Susu_ Hasta las diez
Vane_ Me gusta la hora del desayuno
Susu_ No tiene nada de particular
Vane_ Hablamos más
Susu_ Las comparaciones son odiosas
Vane_ No te gusta entonces
Susu_ Cada vez menos, se me llena la panza de aire de tanto hablar
Vane_ Algo es algo
Susu_ Después me duele
Vane_ De llena, te duele de llena
Susu_ Llena de Aire
Vane_ Los despedís y listo
Susu_ No es tan fácil
Vane_ ¿Qué cosa?
Susu_ Despedir
Vane_ Te apegás demasiado a las cosas
Susu_ Es injusto, te olvidás que te regalé mi último trozo de manzana, era la hora de la siesta, te lo regalé y te lo comiste
Vane_ Qué épocas, me acuerdo y me entra como una cosa. Una cosa
Susu_ No se puede seguir llorando sobre la leche derramada
Vane_ ¿Leche? ¿Dijiste leche?
Susu_ Leche derramada
Vane_ ¿Dónde?
Susu_ Es una forma de decir
Vane_ ¿Decir qué?
Susu_ Qué hay cosas que no tienen arreglo
Vane_ Está lleno de gente que no dice lo mismo
Susu_ ¿Qué dicen?
Vane_ Qué no se conforman
Susu_ Será verdad
Vane_ ¿Cómo hago para saber lo que es verdad y lo que es mentira?
Susu_ Prestando atención, ¿vés este vaso? ¿lo estás viendo? Un vaso vacío. Si lo mirás con atención podés estar segura. Vacío.
Vane_ Ayer… miré el vaso… y me pareció que tenía leche
Susu_ No puede ser
Vane_ Me pareció
Susu_ Imposible, ayer miré el vaso y estaba vacío
Vane_ Habrá sido anteayer
Susu_ Estás perdida en el tiempo
Vane_ Vamos a tener que armar un calendario, así podemos hablar sobre algo concreto.
Susu_ El tiempo no es algo concreto, empecemos por ahí
Vane_ Necesitamos saber cuando sucedieron las cosas, un calendario chiquito aunque sea ¿ya habrán pasado diez minutos?
Susu_ No sé, no quiero saberlo, no me lo preguntes, no sé, no sé
Vane_ Entonces contate algo, siempre soy yo la que saca tema
Susu_ Aumentó el precio de la papa
Vane_ Ah
Susu_ ¿No tenés nada que decir al respecto?
Vane_ ¿Mucho?
Susu_ Un 2%
Vane_ Parece bastante ¿Qué dicen los consumidores?
Susu_ No compran papas, así bajan de precio
Vane_ Yo haría lo mismo
Susu_ Si pudiera compraría treinta kilos de papas ahora mismo
Vane_ ¿A un 2% más caras?
Susu_ A lo que sea. Compraría papas y huevos. Papas huevos y aceite, me haría una tortilla y me la comería toda de un saque
Vane_ No puedo creer lo que oigo
Susu_ También me podría hacer papas fritas con huevos fritos, con mucha sal, y compraría pan, y mojaría el pan en la yema, las yemas, diez huevos fritos, iría mojando las papas fritas en la yema, eso , las papas mojadas en las yemas…ummm
Vane_ No tenés conciencia social
Susu_ Tengo hambre
(Tiempo)
Vane_ Yo también tengo hambre
Susu_ Vos estás acostumbrada
Vane_ De chiquita comía tostadas con dulce de leche, y tomaba un vaso grande de leche con Cacao. Y tostadas eran muchas, un plato repleto. Me acuerdo bien porque siempre que venía la amiga de mi hermana se abalanzaba sobre el plato y se comía un montón, ella no podía creer que mamá nos pusiera ese plato lleno, en su casa le servían dos tostadas a cada uno, dos tostadas a cada uno y sanseacabó
Susu_ ¿ya está?
Vane_ Si… ¿habrán pasado quince minutos?
Susu_ No sé, no sé, no sé, no estés controlando la hora todo el tiempo, me pone nerviosa, no sé
Vane_ ¿Y ahora qué?
Susu_ ¿Qué de qué?
Vane_ ¿Qué más? Contate algo, lo de la papa ya se agotó
Susu_ También aumentó el aguacate
Vane_ La Palta
Susu_ Sí, el aguacate
Vane_ Acá se llama Palta, La/palta
Susu_ A mi me gusta decirle aguacate. El/aguacate.
Vane_ Para eso tendrías que vivir en España
Susu_ Ya lo pensé
Vane_ ¿Y????!!!!
Susu_ Está lejos, doce horas de avión
Vane_ Te da miedo volar
Susu_ No me da miedo volar
Vane_ Entonces andate a España
Susu_ Es fácil decirlo...
Vane_ Yo estuve en España… una vez…
Susu_ ssssah….
Vane_ ...sentarse a comer sardinas asadas en un chiringuito a orillas del mar... en la Costa del Sol... con el ruido de las olas, un poco de brisa marina... una cervecita... aceitunitas… ¿te imaginás?
Susu_ Si
Vane_ ¿No es buenisimo???
Susu_ Si
Vane_ ¿te lo estás imaginando de verdad?
Susu_ Si
Vane_ No sos muy expresiva
Susu_ Estoy pensando
Vane_ ¿qué cosa?
Susu_ Que con este número no vamos a sacar ni para el sanguche
Vane_ ¿Número?¿qué número?
Susu_ Este. El que estamos haciendo
Vane_ ¿Qué?!!!¿Esto es un número?!!!!!
Yo tengo hambre de verdad
Susu_ Pará!!¿Sos o no sos artista? Decidite. Se acabó la hora del desayuno, es hora de que tomemos el toro por los cuernos, la taza por el asa, la sartén por el mango, el árbol por la rama, la casa por la puerta….
Vane_ Pará!!!!...No me grites. Debe ser la hora de la digestión, me hace mal, no se puede digerir así
(Susu eructa)
Susu_ Digerir ¿dijiste digerir?
Vane_ Si, digerir, dije digerir.
(Breve tiempo)
Susu_ Suena difícil, no sé si estoy preparada para…semejante cosa.
Susu_ Las ocho y media
Vane_ ¿ Dé la mañana o de la tarde?
Susu_ Ocho es de la mañana
Vane_ Hora de desayunar
Susu_ Hasta las diez
Vane_ Me gusta la hora del desayuno
Susu_ No tiene nada de particular
Vane_ Hablamos más
Susu_ Las comparaciones son odiosas
Vane_ No te gusta entonces
Susu_ Cada vez menos, se me llena la panza de aire de tanto hablar
Vane_ Algo es algo
Susu_ Después me duele
Vane_ De llena, te duele de llena
Susu_ Llena de Aire
Vane_ Los despedís y listo
Susu_ No es tan fácil
Vane_ ¿Qué cosa?
Susu_ Despedir
Vane_ Te apegás demasiado a las cosas
Susu_ Es injusto, te olvidás que te regalé mi último trozo de manzana, era la hora de la siesta, te lo regalé y te lo comiste
Vane_ Qué épocas, me acuerdo y me entra como una cosa. Una cosa
Susu_ No se puede seguir llorando sobre la leche derramada
Vane_ ¿Leche? ¿Dijiste leche?
Susu_ Leche derramada
Vane_ ¿Dónde?
Susu_ Es una forma de decir
Vane_ ¿Decir qué?
Susu_ Qué hay cosas que no tienen arreglo
Vane_ Está lleno de gente que no dice lo mismo
Susu_ ¿Qué dicen?
Vane_ Qué no se conforman
Susu_ Será verdad
Vane_ ¿Cómo hago para saber lo que es verdad y lo que es mentira?
Susu_ Prestando atención, ¿vés este vaso? ¿lo estás viendo? Un vaso vacío. Si lo mirás con atención podés estar segura. Vacío.
Vane_ Ayer… miré el vaso… y me pareció que tenía leche
Susu_ No puede ser
Vane_ Me pareció
Susu_ Imposible, ayer miré el vaso y estaba vacío
Vane_ Habrá sido anteayer
Susu_ Estás perdida en el tiempo
Vane_ Vamos a tener que armar un calendario, así podemos hablar sobre algo concreto.
Susu_ El tiempo no es algo concreto, empecemos por ahí
Vane_ Necesitamos saber cuando sucedieron las cosas, un calendario chiquito aunque sea ¿ya habrán pasado diez minutos?
Susu_ No sé, no quiero saberlo, no me lo preguntes, no sé, no sé
Vane_ Entonces contate algo, siempre soy yo la que saca tema
Susu_ Aumentó el precio de la papa
Vane_ Ah
Susu_ ¿No tenés nada que decir al respecto?
Vane_ ¿Mucho?
Susu_ Un 2%
Vane_ Parece bastante ¿Qué dicen los consumidores?
Susu_ No compran papas, así bajan de precio
Vane_ Yo haría lo mismo
Susu_ Si pudiera compraría treinta kilos de papas ahora mismo
Vane_ ¿A un 2% más caras?
Susu_ A lo que sea. Compraría papas y huevos. Papas huevos y aceite, me haría una tortilla y me la comería toda de un saque
Vane_ No puedo creer lo que oigo
Susu_ También me podría hacer papas fritas con huevos fritos, con mucha sal, y compraría pan, y mojaría el pan en la yema, las yemas, diez huevos fritos, iría mojando las papas fritas en la yema, eso , las papas mojadas en las yemas…ummm
Vane_ No tenés conciencia social
Susu_ Tengo hambre
(Tiempo)
Vane_ Yo también tengo hambre
Susu_ Vos estás acostumbrada
Vane_ De chiquita comía tostadas con dulce de leche, y tomaba un vaso grande de leche con Cacao. Y tostadas eran muchas, un plato repleto. Me acuerdo bien porque siempre que venía la amiga de mi hermana se abalanzaba sobre el plato y se comía un montón, ella no podía creer que mamá nos pusiera ese plato lleno, en su casa le servían dos tostadas a cada uno, dos tostadas a cada uno y sanseacabó
Susu_ ¿ya está?
Vane_ Si… ¿habrán pasado quince minutos?
Susu_ No sé, no sé, no sé, no estés controlando la hora todo el tiempo, me pone nerviosa, no sé
Vane_ ¿Y ahora qué?
Susu_ ¿Qué de qué?
Vane_ ¿Qué más? Contate algo, lo de la papa ya se agotó
Susu_ También aumentó el aguacate
Vane_ La Palta
Susu_ Sí, el aguacate
Vane_ Acá se llama Palta, La/palta
Susu_ A mi me gusta decirle aguacate. El/aguacate.
Vane_ Para eso tendrías que vivir en España
Susu_ Ya lo pensé
Vane_ ¿Y????!!!!
Susu_ Está lejos, doce horas de avión
Vane_ Te da miedo volar
Susu_ No me da miedo volar
Vane_ Entonces andate a España
Susu_ Es fácil decirlo...
Vane_ Yo estuve en España… una vez…
Susu_ ssssah….
Vane_ ...sentarse a comer sardinas asadas en un chiringuito a orillas del mar... en la Costa del Sol... con el ruido de las olas, un poco de brisa marina... una cervecita... aceitunitas… ¿te imaginás?
Susu_ Si
Vane_ ¿No es buenisimo???
Susu_ Si
Vane_ ¿te lo estás imaginando de verdad?
Susu_ Si
Vane_ No sos muy expresiva
Susu_ Estoy pensando
Vane_ ¿qué cosa?
Susu_ Que con este número no vamos a sacar ni para el sanguche
Vane_ ¿Número?¿qué número?
Susu_ Este. El que estamos haciendo
Vane_ ¿Qué?!!!¿Esto es un número?!!!!!
Yo tengo hambre de verdad
Susu_ Pará!!¿Sos o no sos artista? Decidite. Se acabó la hora del desayuno, es hora de que tomemos el toro por los cuernos, la taza por el asa, la sartén por el mango, el árbol por la rama, la casa por la puerta….
Vane_ Pará!!!!...No me grites. Debe ser la hora de la digestión, me hace mal, no se puede digerir así
(Susu eructa)
Susu_ Digerir ¿dijiste digerir?
Vane_ Si, digerir, dije digerir.
(Breve tiempo)
Susu_ Suena difícil, no sé si estoy preparada para…semejante cosa.
martes, 30 de marzo de 2010
Regalo
Cuando recibí aquel regalo, pensé de inmediato que no era muy alta la probabilidad de perderlo en alguna mudanza. Pensé esto incluso antes de abrirlo. Las mudanzas se inventaron para sacarnos cosas de encima, me dije, o perder justamente aquello, que un día, tiempo después de mudarme, me doy cuenta que necesito, extraño, o algo así.
Era mi cumpleaños número veintinueve.
La cajita era cuadrada y consistente, en un tono rosa que me desagradaba, tanto como las florcitas celestes que traía sobre la tapa. De todas formas, eso era solo el envoltorio. Y deshacerse de este, no sería demasiado problema.
Yo estaba como distraída cuando me la entregaron. Saludando gente, haciendo presentaciones, tratando de morder un sanguchito de roquefort, con una copa de tinto en la mano izquierda. Se quedaron mirándome, ansiosos, esperando que abriera la cajita. Que me alegrara, supuse. Así que apoyé mi copa sobre una mesa, y me dispuse a hacerlo; la intuición no suele fallarme en estas cosas, es algo que me sucede desde pequeña: cuando cumplí siete años, una amiguita me entregó un paquetito de consistencia blanda, que abrí mirando hacia otro lado, y sí…otra tela! Ufa! ¿por qué la gente no me consideraba un individuo?¿por qué tenían que relacionar mi regalo de cumpleaños con la profesión de mi madre? Talvez, hasta tenga que sentirme afortunada de que mamá sea modista y no mecánica, por ejemplo. Con esa tela mi madre me hizo un vestidito hermoso, que creyó oportuno que luciera en el cumpleaños de mi amiguita, la que me había regalado la tela, claro. Y ahí sucedió. Aquel día, aprendí de que se trata la vergüenza ajena: cuando llegué a la fiestita, la mamá de mi amiga me abrió la puerta, y debo reconocer que estaba guapísima; solo que su blusa era de la misma tela que mi vestidito; ella me saludó como si nada (los adultos suelen creer que los niños pasan por alto ciertas cosas), me puso un bonete y corrió a su habitación a cambiarse de ropa. Cuando regresó, yo, que era pequeña, le dije_ que pena, estaba tan linda con la otra blusa. Ella no respondió, solo abrió los ojos muy grandes, sirvió automáticamente un vaso con coca cola que instaló en mi mano derecha, sin darme tiempo siquiera a decirle_ No me gusta la coca cola… y… soy zurda.
La intuición no suele fallarme en estas cosas, es algo que me sucede desde pequeña.
A mis veintinueve recién cumplidos, comencé la apertura de aquella cajita: primero desaté la cinta que ataba la tapa, una cinta bordó, y dije_ que linda cinta. Es que era linda, realmente, y me recordaba a las cintas que mamá me ponía en el cabello para ir a la escuela, las cintas que yo me quitaba ni bien subía al ascensor, las mismas que llegaban al colegio en los bolsillos de mi delantal. La cinta era realmente linda, su función era simplemente estética, descubrí, pues la tapa estaba colada con un pegamento transparente y resistente. Agradecí en lo profundo la capacidad de este pegamento de retrasar la apertura de la caja al menos algunos minutos.
Realicé igualmente el esfuerzo correspondiente para descolar la tapa, traté con énfasis de introducir mis cortas uñas entre parte y parte “Cortas uñas nunca sirven para abrir nada”, así que miré a mi alrededor buscando uñas poderosas, largas uñas abridoras de cajas, uñas limadas, arañadoras, pellizcadoras .... pellizcadoras... pellizcadoras eran las uñas de mi tía Carmen, “ pobres mejillas mías acostumbradas de niñas a soportar los pellizcos de aquellas uñas hambrientas”, siempre me he preguntado: ¿por qué a mi? ¿eran acaso mis mejillas más tentadoras que las de mis hermanos? no, ¿tenía acaso yo cara de almohadilla? quizás. ¿Dónde estás tía ahora que tus uñas necesito? Quien sabe. Lo cierto es que mi uñosa tía no se encontraba entre los presentes. Y mis ojos recorrieron manos, manitas, manotas, manasas...hasta posarse en una bellísima mano de largas uñas, claro!!... ¿cómo no lo había pensado antes?: Leonardo. Mi querido amigo Leo con su hermosa mano musical; allí sentado, en un rincón, sonriente.
Amigo querido ¿serías tan amable?. Y sí, Leo tomó la caja, introdujo sus uñas, la abrió; y con su otra mano: la cotidiana, la humana, la mano de chico de Parque Patricios, no la de las uñas, la otra; sacó de dentro algo que reconocí de inmediato y exclamé_ Mirá mamá, mi medallita del trébol con la piedrita turquesa!!! La que perdí hace años!!!. Mi madre me miraba sin entender, y Leo me susurro algo al oído.
La intuición no suele fallarme en estas cosas, es algo que me sucede desde pequeña. Solo que algunas veces creo reencontrarme con algo reconocible.
Era mi cumpleaños número veintinueve.
La cajita era cuadrada y consistente, en un tono rosa que me desagradaba, tanto como las florcitas celestes que traía sobre la tapa. De todas formas, eso era solo el envoltorio. Y deshacerse de este, no sería demasiado problema.
Yo estaba como distraída cuando me la entregaron. Saludando gente, haciendo presentaciones, tratando de morder un sanguchito de roquefort, con una copa de tinto en la mano izquierda. Se quedaron mirándome, ansiosos, esperando que abriera la cajita. Que me alegrara, supuse. Así que apoyé mi copa sobre una mesa, y me dispuse a hacerlo; la intuición no suele fallarme en estas cosas, es algo que me sucede desde pequeña: cuando cumplí siete años, una amiguita me entregó un paquetito de consistencia blanda, que abrí mirando hacia otro lado, y sí…otra tela! Ufa! ¿por qué la gente no me consideraba un individuo?¿por qué tenían que relacionar mi regalo de cumpleaños con la profesión de mi madre? Talvez, hasta tenga que sentirme afortunada de que mamá sea modista y no mecánica, por ejemplo. Con esa tela mi madre me hizo un vestidito hermoso, que creyó oportuno que luciera en el cumpleaños de mi amiguita, la que me había regalado la tela, claro. Y ahí sucedió. Aquel día, aprendí de que se trata la vergüenza ajena: cuando llegué a la fiestita, la mamá de mi amiga me abrió la puerta, y debo reconocer que estaba guapísima; solo que su blusa era de la misma tela que mi vestidito; ella me saludó como si nada (los adultos suelen creer que los niños pasan por alto ciertas cosas), me puso un bonete y corrió a su habitación a cambiarse de ropa. Cuando regresó, yo, que era pequeña, le dije_ que pena, estaba tan linda con la otra blusa. Ella no respondió, solo abrió los ojos muy grandes, sirvió automáticamente un vaso con coca cola que instaló en mi mano derecha, sin darme tiempo siquiera a decirle_ No me gusta la coca cola… y… soy zurda.
La intuición no suele fallarme en estas cosas, es algo que me sucede desde pequeña.
A mis veintinueve recién cumplidos, comencé la apertura de aquella cajita: primero desaté la cinta que ataba la tapa, una cinta bordó, y dije_ que linda cinta. Es que era linda, realmente, y me recordaba a las cintas que mamá me ponía en el cabello para ir a la escuela, las cintas que yo me quitaba ni bien subía al ascensor, las mismas que llegaban al colegio en los bolsillos de mi delantal. La cinta era realmente linda, su función era simplemente estética, descubrí, pues la tapa estaba colada con un pegamento transparente y resistente. Agradecí en lo profundo la capacidad de este pegamento de retrasar la apertura de la caja al menos algunos minutos.
Realicé igualmente el esfuerzo correspondiente para descolar la tapa, traté con énfasis de introducir mis cortas uñas entre parte y parte “Cortas uñas nunca sirven para abrir nada”, así que miré a mi alrededor buscando uñas poderosas, largas uñas abridoras de cajas, uñas limadas, arañadoras, pellizcadoras .... pellizcadoras... pellizcadoras eran las uñas de mi tía Carmen, “ pobres mejillas mías acostumbradas de niñas a soportar los pellizcos de aquellas uñas hambrientas”, siempre me he preguntado: ¿por qué a mi? ¿eran acaso mis mejillas más tentadoras que las de mis hermanos? no, ¿tenía acaso yo cara de almohadilla? quizás. ¿Dónde estás tía ahora que tus uñas necesito? Quien sabe. Lo cierto es que mi uñosa tía no se encontraba entre los presentes. Y mis ojos recorrieron manos, manitas, manotas, manasas...hasta posarse en una bellísima mano de largas uñas, claro!!... ¿cómo no lo había pensado antes?: Leonardo. Mi querido amigo Leo con su hermosa mano musical; allí sentado, en un rincón, sonriente.
Amigo querido ¿serías tan amable?. Y sí, Leo tomó la caja, introdujo sus uñas, la abrió; y con su otra mano: la cotidiana, la humana, la mano de chico de Parque Patricios, no la de las uñas, la otra; sacó de dentro algo que reconocí de inmediato y exclamé_ Mirá mamá, mi medallita del trébol con la piedrita turquesa!!! La que perdí hace años!!!. Mi madre me miraba sin entender, y Leo me susurro algo al oído.
La intuición no suele fallarme en estas cosas, es algo que me sucede desde pequeña. Solo que algunas veces creo reencontrarme con algo reconocible.
sábado, 20 de febrero de 2010
La mera casualidad
La niña, no bajó como de costumbre en la esquina de su casa en aquel barrio, que para muchos bien podría estar en la China, pero que oculto permanece algunas veces, en un rincón no tan lejano, en Buenos Aires.
La madre la esperaba a escasos metros de la esquina, y con asombro humano y desesperación de madre, vio como el transporte del que debía bajar su niña, seguía de largo sin siquiera una duda. Sin siquiera una duda, creyó la madre. Que prontamente corrió a buscar un teléfono. A intentar lograr que alguien la atendiera en el colegio, al otro lado de la línea. A no conseguirlo porque ya nadie había allí. A salir nuevamente a la calle y pedir ayuda a una vecina. A elucubrar ambas si sería correcto denunciar el hecho en la comisaría. Si acaso se estaban apresurando. Si la desesperación de una madre es tan grande como el temor de una hija. Si una vecina puede comprender lo que uno siente. Si la niña estaría llorando mientras se hacían aquellas preguntas.
La niña, de cuclillas detrás de uno de los asientos del transporte, observaba por un agujerito del suelo el asfalto que recorrían, las líneas blancas que desaparecían en la velocidad. Que se dibujaban nuevamente mientras se detenía la marcha. Mientras algún niño bajaba, y otros seguían allí, jugando y gritando como ella misma solía hacerlo hasta ese día, en que la mera casualidad de caérsele el lápiz al suelo, de intentar recogerlo, la ayudó a descubrir aquel agujero. Y otra vez al oír el motor, vuelta a tomar velocidad. Y vuelta a desaparecer las líneas. Y algunas pequeñas piedras saltaban y golpeaban en el suelo. Entonces retiraba el ojo de allí por precaución. Y cuando ya no oía piedritas golpeando, volvía a ponerlo. “Este agujero es tan pequeño, que no podrán entrar por él piedritas, por mucho que salten y salten, y lo intenten”. Pensaba la niña cuando el transporte se detuvo nuevamente. Y algún niño bajó. Y ya no se oían otros niños. Y entonces se puso de pie. Y se encontró en un lugar que la impulsó a preguntar donde estaba. A hacerse oír por el chofer, y que este se diera la vuelta, y con asombro humano y desesperación de padre, le dijera que estaba en La tablada. Yo vivo en Bonzi replicó la niña. La condujo entonces a un edificio, subieron algunas escaleras y entraron. La esposa del hombre estaba allí, y un niño no tan pequeño que se quedó mirándola con asombro de niño.
No la vi porque estaba agachada detrás de un asiento. Tengo que regresar a Bonzi y dejarla en su casa; le explicó el hombre a la mujer. Sonrió entonces esta y le hizo una caricia a la niña.
En el camino de vuelta, la niña pensó que si aquel hombre no la hubiera llevado de regreso a su casa, que si hubiera tenido que quedarse a vivir en aquel edificio, con aquella mujer, con aquel niño, con aquellos muebles naranjas. Hubiera llorado, talvez durante días que aún no sabría contar. Hubiera extrañado mucho a su mamá y a sus hermanos, hubiera pensado en escaparse y salir a buscar su casa. Lo hubiera hecho. Y de regreso a su casa, hubiera contado esto como una prueba de su valentía. O talvez hubiera permanecido allí. Hubiera con el tiempo dejado de llorar como una niña. De extrañar como una hija. Hubiera vivido otra vida. Como si acaso hubiera logrado olvidar y acostumbrarse.
Como una humana.
La madre la esperaba a escasos metros de la esquina, y con asombro humano y desesperación de madre, vio como el transporte del que debía bajar su niña, seguía de largo sin siquiera una duda. Sin siquiera una duda, creyó la madre. Que prontamente corrió a buscar un teléfono. A intentar lograr que alguien la atendiera en el colegio, al otro lado de la línea. A no conseguirlo porque ya nadie había allí. A salir nuevamente a la calle y pedir ayuda a una vecina. A elucubrar ambas si sería correcto denunciar el hecho en la comisaría. Si acaso se estaban apresurando. Si la desesperación de una madre es tan grande como el temor de una hija. Si una vecina puede comprender lo que uno siente. Si la niña estaría llorando mientras se hacían aquellas preguntas.
La niña, de cuclillas detrás de uno de los asientos del transporte, observaba por un agujerito del suelo el asfalto que recorrían, las líneas blancas que desaparecían en la velocidad. Que se dibujaban nuevamente mientras se detenía la marcha. Mientras algún niño bajaba, y otros seguían allí, jugando y gritando como ella misma solía hacerlo hasta ese día, en que la mera casualidad de caérsele el lápiz al suelo, de intentar recogerlo, la ayudó a descubrir aquel agujero. Y otra vez al oír el motor, vuelta a tomar velocidad. Y vuelta a desaparecer las líneas. Y algunas pequeñas piedras saltaban y golpeaban en el suelo. Entonces retiraba el ojo de allí por precaución. Y cuando ya no oía piedritas golpeando, volvía a ponerlo. “Este agujero es tan pequeño, que no podrán entrar por él piedritas, por mucho que salten y salten, y lo intenten”. Pensaba la niña cuando el transporte se detuvo nuevamente. Y algún niño bajó. Y ya no se oían otros niños. Y entonces se puso de pie. Y se encontró en un lugar que la impulsó a preguntar donde estaba. A hacerse oír por el chofer, y que este se diera la vuelta, y con asombro humano y desesperación de padre, le dijera que estaba en La tablada. Yo vivo en Bonzi replicó la niña. La condujo entonces a un edificio, subieron algunas escaleras y entraron. La esposa del hombre estaba allí, y un niño no tan pequeño que se quedó mirándola con asombro de niño.
No la vi porque estaba agachada detrás de un asiento. Tengo que regresar a Bonzi y dejarla en su casa; le explicó el hombre a la mujer. Sonrió entonces esta y le hizo una caricia a la niña.
En el camino de vuelta, la niña pensó que si aquel hombre no la hubiera llevado de regreso a su casa, que si hubiera tenido que quedarse a vivir en aquel edificio, con aquella mujer, con aquel niño, con aquellos muebles naranjas. Hubiera llorado, talvez durante días que aún no sabría contar. Hubiera extrañado mucho a su mamá y a sus hermanos, hubiera pensado en escaparse y salir a buscar su casa. Lo hubiera hecho. Y de regreso a su casa, hubiera contado esto como una prueba de su valentía. O talvez hubiera permanecido allí. Hubiera con el tiempo dejado de llorar como una niña. De extrañar como una hija. Hubiera vivido otra vida. Como si acaso hubiera logrado olvidar y acostumbrarse.
Como una humana.
sábado, 23 de enero de 2010
Agua
La maestra explicó que el cuerpo humano es 60% agua. Matías preguntó cómo era posible entonces que no nos derramemos. La maestra dio algunas explicaciones científicas al respecto, y dijo también que así mismo, el 70% de la superficie del planeta tierra esta compuesto por agua. Sonrió, y aclaró que aunque el mundo es redondo, tampoco se derrama. Volvió a sonreír.
Matías pensó que las personas somos como vasos no del todo llenos, y la tierra como uno de esos globos de agua que se tiran en carnaval, pero que aún no había aparecido una mano lo suficientemente grande para arrojarlo y que reviente. Pensó esto mientras la maestra hablaba de la gravedad, las moléculas y esas cosas. ¿Has comprendido, Matías? Le preguntó finalmente. Sí, es muy interesante, seño. Respondió el niño con los ojos fijos en ella, que era un vaso con dibujitos, casi lleno de agua. Entonces el vaso de los dibujitos se inclinó hacia el escritorio a recoger unas carpetas, y Matías temió profundamente que se derramase. Me alegro que hayas comprendido, concluyó la seño mientras regresaba a su posición vertical. Matías suspiró aliviado... (de no haber sido así, su amor se habría transformado en un charquito, y él habría derramado algunas lágrimas).
Matías pensó que las personas somos como vasos no del todo llenos, y la tierra como uno de esos globos de agua que se tiran en carnaval, pero que aún no había aparecido una mano lo suficientemente grande para arrojarlo y que reviente. Pensó esto mientras la maestra hablaba de la gravedad, las moléculas y esas cosas. ¿Has comprendido, Matías? Le preguntó finalmente. Sí, es muy interesante, seño. Respondió el niño con los ojos fijos en ella, que era un vaso con dibujitos, casi lleno de agua. Entonces el vaso de los dibujitos se inclinó hacia el escritorio a recoger unas carpetas, y Matías temió profundamente que se derramase. Me alegro que hayas comprendido, concluyó la seño mientras regresaba a su posición vertical. Matías suspiró aliviado... (de no haber sido así, su amor se habría transformado en un charquito, y él habría derramado algunas lágrimas).
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